En 2010, en la ciudad de Nueva York se reportaron 157 accidentes relacionados con el trabajo de construcción, comparado con 218 incidentes en el 2009. Las cifras continúan en descenso este año. En los primeros tres meses del 2011 el número de accidentes disminuyó en un 56%, según el DOB. Esta disminución en accidentes se debe, según Robert Limandri, comisionado del DOB, en gran parte a la creciente imposición de las nuevas leyes, los nuevos requisitos y una mayor proximidad con los miembros de la industria de la construcción.
A pesar de la caída en la cifra de incidentes reportados, activistas creen que el número de accidentes ocupacionales podría ser incluso más bajo si los trabajadores reportaran condiciones irregulares en el lugar de trabajo antes de que ocurra un accidente.
“Hay un temor entre los inmigrantes a perder el trabajo y por eso no llaman, pero reiteramos que las llamadas son confidenciales y nos aseguraremos que OSHA haga un seguimiento a las condiciones en que trabajan”, dijo Artemio Guerra abogado de la oficina Católica de Inmigración, donde reciben mil llamadas anualmente.
“La mayoría de las llamadas que recibimos solicitando ayuda son de inmigrantes latinos, entre ellos el 70% de hispanos”, indicó Guerra. “Se destacan las llamadas por violaciones a los salarios y accidentes de trabajo o condiciones de trabajo peligrosas”, agregó Guerra, quien aseveró que al recibir la querella, la documentan y la someten al Departamento de Trabajo del Estado o Federal.
A nivel estatal, 780 trabajadores hispanos de la construcción sufrieron heridas en el estado de Nueva York en 2009, según la oficina de estadísticas del Departamento de Trabajo Estatal (DOL, por sus siglas en inglés).
El 22% de las muertes por accidentes en lugares de trabajo involucró a trabajadores hispanos nacidos fuera del país, en comparación con 9% de los hispanos nacidos en Estados Unidos. De los fallecidos nacidos fuera del país, el 40% son provenientes de México.
El Diario
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